Estamos iniciando una nueva
década (en el mundo occidental) hemos disertado en este espacio Blogger sobre
la “occidentalidad” que tenemos los latinoamericanos, sin llegar – por cierto-
a un consenso; no obstante, partamos de que nuestra formación (a veces deformada)
académica (con la cual construimos nuestra realidad circundante) está centrada
en el mundo centroeuropeo y ha permeado por todo el continente desde Canadá
hasta Chile. Aclarado este punto podemos continuar.
Individuos, personas de géneros
diversos que rondamos la cuarta década observamos por ahí del 2010 (hace ya una
década) el regreso posmoderno esquizofrénico a los años 80as en las corrientes
culturales de la música. Esto desencadeno una nostalgia que al cierre de la
década se está concatenando al iniciar el lustro.
Así, los sonidos electrónicos de
los sintetizadores me han acompañado en los últimos diez años. Más allá de mi
gusto por la música de concierto (particularmente creada por los otrora habitantes
del este europeo y de rusia)
No me aventuro a afirmar que el
paradigma musical diste mucho del paradigma político, no observo cambios de
fondo en iberoamerica. La eterna contradicción y lucha entre los dueños de los
medios de producción (corporativos trasnacionales) y la clase trabajadora no ha
cambiado. La teoría marxista es más vigente que nunca y se ha aderezado por la
consumación (maduración) del consumismo y la producción en masa en una escalada
esquizofrénica que ya afecta nuestro entorno (vital orgánico) de vida. La
producción industrial esta desenfrenada, tanto que ya quebramos a la madre
tierra y nos comienza a cobrar factura. ¿Cuánto resistiremos? ¿Importa a los líderes
corporativos? ¿Importa a los Estados Nación? ¿Nos importa a los individuos que
somos ciudadanos globales, regionales y glocales del mundo?
Ahora mismo que redacto este
post, utilizo electricidad, computadora, web y todo ello llego a mis manos a
través de procesos industriales y manufactureros. ¿Se escucha complejo no?
Cuando usted lea este post utilizara su smartphone, baterías altamente
contaminantes, energía eléctrica y web alámbrica o inalámbrica. Procesos físico
químicos industriales también.
Salto cuántico…
Regreso a la nostalgia ochentera.
En la década de mi adolescencia, todo era físico, fotografías en papel, cassettes
de audio, videocasetes y las primeras computadoras con una capacidad ridícula
frente a esta computadora Hp o mí smarthphone Huawei y con imposibilidades
informáticas abismales frente a mí software de Microsoft y Google. Ahora todo
en archivo digital.
Ahí (en aquella lejana década) soñamos
con este presente. El cual tecnológicamente no es tan avanzado en diversos
aspectos, pero tampoco tan básico. Pensamos ahora en tecnologías cuánticas para
dejar atrás lo binario. La evolución tecnológica converge en lo informático
(audio, video, datos, textos, imágenes…) todo esta en un archivo digital. Nuestras
vidas están catalogadas por algoritmos matemáticos a partir de ecuaciones
diseñadas para extraer nuestros datos personales y comerciar con ellos.
Empresas globales los toman con engaños y a veces sin nuestro consentimiento,
haciendo parecer al bigbrother orwelliano un remedo de complotista de la guerra
fría en los (sus) límites del control
Salto cuántico…
La década de los ochentas marco
en México el salto del Estado benefactor y protector al paradigma neoliberal…
Observamos ahí la llegada de las empresas globales y la génesis de la cultura
del consumo de productos globales, pero también observamos la génesis de la
(una) resistencia (al menos ideológica) a la hegemonía del libre mercado.
Salto cuántico…
“Hoy es el día que mi vida va a
cambiar; Tengo que levantarme del piso; existe otro mundo y nos espera; He
esperado tanto tiempo por mucho más..” Cold cave del Synthwave (2017)
Salto cuántico…
"At the start of the morning; Before the sunrise was yawning; The dream was now fading; Like there she goes...
"At the start of the morning; Before the sunrise was yawning; The dream was now fading; Like there she goes...
Salto cuántico…
¿Cual es el acuerdo social que existe
en los Estados – Nación en épocas en que parecen desdibujarse? ¿La representación
nacional en los Parlamentos es tal o es una construcción resultante de algoritmos
matemáticos en donde el bigdata de la política arroja ventas de mercadeo de
ofertas políticas de partidos y/o candidatos? Muchos teóricos divagan en teorías
diversas de la realidad circundante. ¿La política construida en democracia continúa
perdiendo la batalla ante tentaciones autócratas globales? ¿Quién dicta las
leyes? ¿Quién decide que elementos culturales, educativos y formativos
recibimos los ciudadanos? ¿Continua la guerra ideológica a través de productos
audiovisuales culturales de supuesto entretenimiento?
Dejo acá inquietudes, pues no
tengo respuestas.
Mientras mi mente continúa
disertando escenarios y mundos posibles, en estos días en que la NASA ya
perfila colonizar la luna en 2024. Mientras busco alternativas para volver
esperanza en la actividad política y en la palabra. Mientras tramos de
construir nuestra identidad y entender nuestra ciudadanía en un mundo
interactivo entre razas, religiones e ideologías. Mientras todo esto ocurre… seguiré
escuchando sintetizadores que perfilan un futuro lejano que nunca se vuelve
cercano toda vez que nuestra vida es efímera ante el inexorable avance de las décadas.
Escuchemos pues synthwave.
ANEXO NEXT cuántico
Recorro (en textos) la historia de México; y
de mujeres y hombres emblemáticos. No en novelas, en textos históricos que
perfilan una cercana construcción de aquella realidad vivida después de
1824. Recuerdo grandes hombres y sus tormentosas y breves vidas. De sus ideas están
construidas nuestras leyes vigentes. Y es por ello quizá que observo que el
parlamento es un espacio vital avído de ideas de las mujeres y hombres de
nuestra época, de quienes se deberá escribir; pues son ell@s quienes construyen
justo ahora el futuro de nuestra nación mexicana. Esperemos lo entiendan y
legislen con visión de Estado y responsabilidad histórica. Así sea.
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