Juglares celtas Goticos

La cita fue a las 21 hrs, la luna estaba en pleno en las últimas horas de dia de difuntos en la Ciudad de México. El lunario del Auditorio Nacional convoco a la comunidad Gotica de la Megalopolis. La Ataraxia; la sensación de indiferencia, se encontraba desde Italia en México en un recital filosófico renacentista, en donde los sonidos de antiguos maestros celtas se mezclan con la historia del juglar que trasciende a la historia y remonta a las enseñanzas de epicureos, estoicos y escépticos.

Los sonidos de instrumentos extraños en estos parejes llenaron de diversas sensaciones al respetable que escuchaba el recital renacentista, todo ellos vestidos con ropas negras aterciopeladas con caida hasta el suelo, mientras la atmosfera se coloreaba de tonos verdes, morados, rojos y neón.

Parte de una tendencia contracultural, la comunidad Gotica, aunque pequeña, se congrega para escuchar sonidos que le son familiares en una sociedad hundida en la mercadotecnia de musica superficial y vanal. Ellos, los goticos mexicanos, saben que la resistencia a la alienación cultural, permite expandir la liberación de la menete a los canones establecidos, incluso por las instituciones culturales federales.

Acudir con Ataraxia no solo es un triunfo para los empresarios de Samadhi, que por muchos años han difundido en Radio Unam, el experimento radio que en ondas hertzianas difunde estos sonidos: Ataraxia es una posiblidad de conjuntar la idea del aquelarre (como expresión de rebeldia) a la musica pop que reproduce una visión del mundo que favorece al sistema de mercado que permea en los altos estratos sociales del desigual sistema politico economico de este país.

Vivir en la oscuridad, en el Underground, en el Dada X, en el Samadhi, en el circo volador nos otorga a los habitantes de la Ciudad de México, esa posibilidad de construir poco a poco una versión propia de tendencias culturales milenarias.

Extraño puede parecer para la mayoria obserar hombres y mujeres de todas las edades y decadas vestidos de negro, algunos cons rostros pintados, leyendo literatura liberadora. Sí, grotesca quizas,  de miedo y horror  del lado oscuro de la mente de los autores, pero al fin una expresión cultural que se niega a alienarse a los estandares del consumismo mundano de productos culturales.

Así recurriendo al conocimiento, a la lectura, a la revisión incluso de nuestra propia historia nos encontramos en la busqueda de una identidad cultural gotica. Presente en los dias de muertos, se apaga durante todo el año en la mente del mexicano que se burla de su propia mortandad. Escribe versos, y cocina pan de muerto, enciende copal, llena de flores de zempazuchitl los espacios y las tumbas,  come manjares preferidos en los cementerios con sus muertos, se embriga para liberarse y recuerda y tiene fe en que esas almas le estan acompañando durantes dos dias, que nunca se han ido del todo los seres amados y queridos. Las cruces del catolicismo aparecen ahora, pero la tradición es milenaria desde los pueblos originarios antes del arribo del europeo que a la postre enriqueceria las vidas de ambos pueblos, mezclandose despues de un infructusos intento de tratar de aniquilar al otro.

Esa cultura, para muchos de nosotros que somos resultante de la unión de noreuropeos e indigenas de distintas latitudes, nos lleva a mesclar concocimientos e inquietudes de los abuelos y de los padres y de los padres de los mas viejos que entre frios oceanos y viejos navios huyeron de guerras absurdas de gobiernos que les resultaron ajenos. Lllegaron a parajes aborigenes mexicanos en donde caucasicos y la raza de bronce, y los indigenas de los desiertos se juntaron y crearon un nuevo ser etereo, multicultural y rebelde.

Los acordes y la voz acompañaron diversas historia arcanas que, desconocidas para muchos, relatan andanzas de seres por las tierras europeas en busca de la realidad que para los antiguos, entre magia y metafisica no necesitaron de la lucidez de la ciencia, para crear su realidad y construir su holistica historia que estos musicos italianos herederos de esos conociminetos mantienen viva aún con la lucidez del concocimeinto cinetífico y del desarrollo tecnológico